Es mejor adquirir pocos conocimientos, pero de una manera
firme, sistemática y lógica, que muchos de manera superficial, inconexa y
desordenadamente, ya que la desorganización de los contenidos impide su fácil
asimilación y se olvidan con facilidad.
Por tanto, en el estudio, el método incluirá los pasos
necesarios para alcanzar el fin, que no es otro que el aprendizaje de la
materia o propuestos.
En el método hay una acción coherente, pensada ordenada y
buscada mediante un acto de voluntad.
Tipos de Métodos de Estudio
Se clasifican en dos:
·
El Método Lógico: Pretender
crear en el individuo una mente ordenada y estructurada mediante un sistema
lógico, para lo cual hay 4 ibas:
1.
Análisis: El pensamiento se dirige desde el todo
a la contemplación y el estudio de cada una de sus partes.
2.
Síntesis: Contemplando lo básico y lo común en
cada una de las partes, el pensamiento se eleva desde ellas al todo que las
incluye en su unidad.
3.
Inducción: Sirve para dirigir el pensamiento de
lo singular o particular a lo universal.
4.
Deducción: Es útil para acceder de lo universal
o genérico a lo particular o especifico.
·
El Método Didáctico: Activa
la mente mediante técnicas adaptadas al sujeto y al grupo de aprendizaje al que
es asignado según su capacidad, edad cronológica y mental, nivel de
conocimientos y aptitudes e intereses, etc. Este método facilita el aprendizaje
y permite llegar al individuo:
1.
De lo más fácil y accesible a lo más difícil.
2.
De lo más simple a lo más complicado.
3.
De lo concreto a lo abstracto.
4.
De lo cercano e inmediato a lo más remoto.
5.
De lo más conocido a lo menos conocido
• Método
EPL2R o “Robinsón”
Definición
Este método de estudio sistemático ha sido considerado como
una ayuda de primer orden en muchas universidades norteamericanas. EPL2R es una
sigla que recoge los cinco momentos o fases fundamentales de este proceso
metodológico: Explorar, Preguntar, Leer, Recitar y Repasar.
Desarrollo:
·
Explorar: Lo primero que hay que hacer al
enfrentarse a la lectura de un libro es explorar, indagar sobre los fines y los
propósitos que han conducido al autor a escribirlo. El prólogo, los índices de
la obra y los resúmenes que puedan ofrecerse al final de cada capítulo, nos
ayudaran en esa tarea.
Además, una rápida ojeada sobre estos elementos y los
contenidos generales del libro nos permitirán formarnos una visión global que
nos servirá de guía en el estudio más pormenorizado que haremos mas tarde de
las distintas partes del mismo.
Se abre una interrogante que nos mantendrá en “suspenso”
durante toda la lectura: ¿Responderá el autor a los objetivos que se ha
planteado?
Asimismo, importa informarse sobre el autor, su mentalidad,
sus cualidades humanas, técnicas literarias... No es igual un libro de Ricardo
de la Cierva que de Rafael Alberti.
Cuando se trate de obras científicas o manuales de estudio
es importante fijarse en los datos técnicos de la edición, en especial la fecha
de impresión, que nos puede aclarar mucho sobre la actualización de los datos y
los contenidos. No es igual un libro publicado en 1970 que otro en 1987.
·
Preguntar: A medida que vamos leyendo nos iremos
haciendo preguntas a las que el autor no haya respondido. De esta manera
adoptamos una actitud crítica y activa; es decir, no recibimos pasivamente lo
que el autor nos dice, sino que entramos en dialogo con él y ponemos en
relación lo que leemos con nuestros intereses personales.
Además de estos interrogantes es bueno preguntarse también
al iniciar cada capítulo: ¿En qué medida contribuye este capítulo a la
consecución de los objetivos generales que el autor se ha propuesto?
·
Leer: Leer equivale a analizar y a saber
resumir. Una lectura activa nos obliga a subrayar, a tomar notas, a hacer
esquemas...
Saber leer significa tener capacidad para discriminar lo
esencial de lo accesorio, saber diferenciar las ideas principales de las
secundarias o de los simples detalles.
·
Recitar: Al final de cada capítulo o de cada
apartado importante, hemos de estar en condiciones de sabernos contar a
nosotros mismos la síntesis de lo leído, porque nos ayudara a fijar las ideas
más importantes y a no convertir la lectura en un ejercicio mecánico falto de
profundidad.
·
Repasar: El repaso no es una técnica que debamos
utilizar únicamente en caso de exámenes, sino siempre que estemos interesados
en aprender.
Es bueno repasar los apuntes que se toman en las clases lo
antes posible, pensándolos o discutiéndolos con nuestros compañeros, aunque solo
sea durante algunos minutos.
Método 2L, 2S, 2R
Definición
2L,2S,2R, fórmula muy conocida, que se desglosa así: L,
primera lectura general del tema que se habrá de estudiar. L, segunda lectura
del tema a estudiar. S, subrayar las ideas principales. S, elaborar síntesis,
según las ideas subrayadas. R, repetir (en voz alta) las síntesis, a fin de
fijar auditivamente el tema. R, realizar oralmente un repaso general del tema,
simulando estar participando en clase.
Desarrollo
·
Leer: Se realiza una lectura general del tema
que se va a estudiar, ya sea porque se va a exponer o simplemente porque se
desea dar un repaso de los apuntes o textos.
·
Leer de nuevo: Se vuelve a leer pero ahora, se
realiza detenidamente, trate de interpretar cada párrafo, comprender las ideas
principales y analizar los contenidos con lo que haz aprendido.
·
Subrayar: Lo que le pareció más importante
señálelo, de alguna forma, en su texto o cuaderno; puede hacerlo encerrando los
párrafos en rectángulos de colores o bien, subrayando.
·
Sintetizar: Sintetice las ideas principales y
elabore con ellas cuadros sinópticos, resúmenes, esquemas, etc.
·
Repetir: Repita en forma oral y en voz alta, lo
que acaba de aprender, eso da la oportunidad de detectar los puntos de difícil
aprendizaje o afirmar los contenidos.
·
Repasar: Para finalizar, repase el tema
oralmente como si lo expusiera ante muchos y tratando de no ver los contenidos
escritos, esto te sirve para que se evalúe y sepa si realmente haz aprendido.
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